Suelo Radiante
La calefacción por suelo radiante no es en absoluto nueva, ya los antiguos romanos hacían circular el aire caliente de sus cocinas por debajo del suelo de sus casas. La energía térmica se acumulaba en el suelo y se transmitía por radiación al aire de la vivienda. Así se calentaba el ambiente de acuerdo con el principio de «pies calientes y cabeza fría».
Así funcionaba el hipocausto:
Hoy en día se consigue el mismo resultado haciendo circular agua caliente a media temperatura, a través de un circuito de tubos de polietileno reticulado (PEX), a unos centímetros por debajo del suelo
Este sistema tiene múltiples ventajas frente a la calefacción con radiadores:
Calor más confortable, higiénico y saludable. El calor se distribuye de forma homogénea por toda la estancia. Su estratificación se produce a una altura entre 2 y 3 metros, justo donde se necesita. Como la temperatura de la superficie emisora (suelo) es baja (inferior a 30°), el ascenso de aire caliente es imperceptible. Una ausencia de movimiento de aire produce menor movimiento de polvo y un entorno más higiénico y saludable.
Incremento del espacio útil de la vivienda: Se trata de un sistema de calefacción invisible. No existen calefactores (radiadores) a la vista, con lo que las posibilidades de decoración de interiores se amplían y los riesgos de golpes y quemaduras desaparecen.
Mayor ahorro y eficiencia en el consumo de energía. Se requiere agua caliente a media temperatura (~ 40° C), por lo que no se necesita tanta energía como en los sistemas convencionales de radiadores. Calentamos agua a 40° para mantener la casa a 20°. En un sistema tradicional, quemamos combustible a temperaturas superiores a 800°, para calentar agua a 70 ~ 80° y mantener la casa a 20°. Utilizar bajas temperaturas también se traduce en unas menores pérdidas de calor. Si además el suelo radiante se combina con un sistema de energía solar térmica, se convierte en la opción más inteligente, tanto desde un punto de vista económico como medioambiental.
Una posibilidad poco conocida, pero no por ello menos interesante, es la climatización de piscinas con suelo radiante.
¿Cómo funciona el Suelo Radiante?
Haciendo circular agua entre 35 y 45° el suelo se mantiene entre 20 a 28° y el ambiente, entre 18 y 22°. El montaje del suelo radiante se realiza durante la construcción o rehabilitación de la vivienda. Una vez terminada la tabiquería, la fontanería, la electricidad y ya se han lucido las paredes.
El tubo de polietileno reticulado PEX es prácticamente indestructible. En instalaciones empotradas en hormigón, cal o yeso, tampoco es atacado por la corrosión. La dilatación térmica del tubo no perjudica al pavimento.
Todos los circuitos de suelo radiante empiezan y terminan en colectores por encima del suelo. El hecho de que no haya empalmes, unido a la alta calidad del tubo, garantiza la ausencia total de averías.
Si está interesado en este tema no dude en contactar con nosotros en este enlace, gustosamente le remitiremos la información solicitada.